Si estamos realizando algún trabajo de carpintería en el que se necesita unir listones de madera, siempre puede surgir la duda de qué método emplear para ensamblar los elementos. Opciones hay varias y el usar una fórmula u otra, en parte, dependerá del tipo de trabajo que se vaya a hacer, de los materiales con los que se pueda contar y de lo resistente que se quiera (o se necesite) esa unión.

En Forestgreen os mostramos algunos de los métodos más habituales para trabajar con maderas de construcción, que se pueden emplear para pequeños trabajos, como la creación de un marco, hasta otros más complejos, que requieran de ensamblajes más rígidos.

 

Clavos y cola

Sin duda, la técnica más básica y sencilla para unir dos listones de madera es empleando clavos y cola. Una vez se tengan presentadas las piezas que se quieren ensamblar, se marca previamente los puntos exactos donde irán los clavos. Se encola la madera y fijamos ambas piezas con una mordaza para terminar de clavetear, introduciendo las puntas en oblicuo, para dar más fuerza.

Al ser un tipo de unión poco resistente, siempre se puede reforzar con cuñas en los ángulos. Además, también se pueden sustituir los clavos portornillos tirafondos, -haciendo un pequeño agujero guía previo para no agrietar la madera- que supondrán un mayor agarre de las piezas.

 

Tornillo de doble rosca

Un paso más allá respecto al método anterior es el uso de tornillos de doble rosca, que dará aún más resistencia a la unión de la madera. Este método no sólo permite la unión de listones de madera, sino que también sirve para alargar una pieza que se necesite con más longitud.

En primer lugar, se marca el punto en el que se unirá la madera. Se realiza un orificio y enroscamos uno de los lados del tornillo. Posteriormente se coloca la otra pieza y se va girando hasta que las dos partes queden ensambladas.

Además de ser una unión cómoda e ‘invisible’, permite desmontar las piezas, con tan sólo desenroscar y quitar el tornillo, por lo que se convierte en una fórmula muy práctica en carpintería.

 

Tubillones

Otro método es emplear tubillones: pequeños cilíndricos de madera que también permiten hacer uniones ‘invisibles’ o servir de refuerzo a otros sistemas de unión. Es un sistema muy empleado porque son económicos y las uniones no quedan a la vista, además de ser más resistente de lo que pueda parecer. Y es que, al no introducirse ningún material metálico -como sí ocurre con el uso de clavos o tornillos-, se evita que la madera pueda desgarrarse en algún momento.

Otra de sus ventajas es que son relativamente sencillos de colocar. Así, una vez se tiene claro y se ha marcado los puntos donde irán colocados los tubillones, se perfora la madera con una broca del mismo grosor que el tubillón, profundizando sólo hasta la mitad del tamaño del cilindro. Posteriormente se aplica cola en las puntas de los tubillones y ensamblar las piezas, sujetando durante un tiempo con mordazas.

 

Ensamble con galletas

También se usa un elemento de madera en el ensamble con galletas, que son unos tacos planos -habitualmente con forma ovalada- que hacen la misma función que los tubillones, y más práctica cuando se trata de unir listones de madera finos. Sin embargo, es un método más complejo que el anterior, al necesitar las herramientas precisas para hacer los rebajes en la madera.

Una vez se marcan los puntos donde fijar las piezas, con una diferencia de entre 10-15 centímetros por cada galleta, se hace rebaje a la madera con una fresadora, para posteriormente encolar las piezas antes de su ensamblaje. Este tipo de uniones son muy sólidas ya que, al dilatarse la madera, se acaba ciñendo a la galleta, y son empleadas cuando se quiere disimular la unión en el canto de la junta.

 

Ensamble con ranura

El método de ensamble con ranura busca el mismo fin que la técnica anterior, dando aún más si cabe más resistencia al conjunto, ya que el elemento de unión es más grande, y por lo tanto sujeta más la madera.

Se lleva a cabo ranurando la tabla de madera a medio canto con una fresadora y haciendo coincidir la anchura de la ranura con el grosor del pequeño trozo de madera, también llamado alma de madera.

Posteriormente se encolan las piezas y embutimos el alma entre los rebajes practicados en las tablas. Esta unión también se puede efectuar en juntas a inglete, ranurando en oblicuo, pero es más difícil de realizar.