En este nuevo post ahondaremos en las particularidades de la madera, destacando especialmente una de sus características: la resistencia de la madera.

Cuando se piensa en materiales que deben soportar grandes cargas es más habitual pensar en el hierro, el acero o el hormigón; pero ello también implica que se ha de trabajar con materiales muy pesados. La madera, en cambio, no sólo aporta una mayor ligereza visual, sino que en sí misma es un material muy resistente. De hecho, comparado con otros materiales, como el acero, la madera tiene una resistencia un 20% más alta en relación con el peso del material, y es más de cuatro veces mayor respecto al cemento.

Y todo gracias a una configuración estructural muy particular, que se compone de pequeñas fibras dispuestas casi de forma paralela y unida por la lignina, un compuesto orgánico que da rigidez a la pared celular del árbol.

En el último artículo os contamos cuáles son los tipos de madera que se emplean habitualmente para la construcción y algunos de los motivos del porqué este material se está convirtiendo cada vez más en tendencia para el desarrollo de nuevos proyectos.

Propiedades mecánicas en la resistencia de la madera

La configuración estructural de la madera le confiere propiedades mecánicas que la hacen particularmente recomendable como material de construcción y cambian en función de la dirección en que aplica la fuerza.

Así, por un lado tiene una muy buena residencia a la comprensión, especialmente si la carga es aplicada de forma paralela a las fibras. En el caso de que se haga de forma perpendicular esa capacidad disminuye en torno a un tercio. Es por ello que cuando se emplea para la construcción de elementos estructurales que van a estar sometidos a la comprensión, estos deben ser fabricados atendiendo a la orientación de las fibras.

En lo que respecta a la resistencia de la madera, la tracción -esto es, cuando se aplican fuerzas que van en sentido opuesto-, también ofrece una resistencia muy alta cuando la carga se aplica también paralela a la fibra.

En cambio, la capacidad de flexión y la resistencia que ofrece a la deformación es mayor en la madera cuando la fuerza se aplica en dirección perpendicular a las fibras. También la resistencia en cizalla es mayor cuando el esfuerzo cortante se aplica de forma perpendicular a la orientación de las fibras. Cabe destacar que la resistencia de la madera de pino es una de las maderas que más dura gracias a su fuerza.

 

La resistencia de la Madera laminada

En el caso de la madera laminada, es decir, producida a través de la unión de tablas o láminas con las fibras en la misma dirección, creando una misma unidad, hay que sumar otra ventaja más a las propiedades antes descritas y que también se han visto en otros post. Y es que, con ella se pueden elaborar piezas más grandes o largas, que respecto a cuándo se trabaja con madera maciza, siendo igualmente muy resistente. Si a ello le sumas la versatilidad que permite en los diseños, se convierte, por tanto, en un material de construcción muy adecuado.