Son varios los sistemas que se pueden emplear para clavar postes de madera en la tierra en función del tamaño del poste y de las necesidades de su uso; con soportes metálicos fijados al terreno, empleando cemento, con espumas de poliuretano...

Ya se trate de colocar los postes de un vallado, para el apoyo de un parasol o para la instalación de lo que serían los pilares de una pérgola, te contamos qué opciones existen a la hora de clavar postes de madera en un terreno natural.

La instalación más sencilla es, sin duda, el uso de postes ya preparados con punta para hundir directamente sobre el terreno. En el catálogo de Forestgreen, disponemos de varios modelos de cuanto a grosor y longitud. Eso sí, en estos casos se trata de usos que no requieran una resistencia importante, ni que el poste soporte un peso excesivo, como pueda ser, por ejemplo, para la instalación de una sombrilla de brezo.

A la hora de hacer el agujero, como ya os contamos en una anterior entrada, los métodos pueden variar en función del tamaño necesario para la instalación del poste y de los recursos de los que se dispongan. Así, una opción manual para el uso de hoyos pequeños es contar con un martillo, un cincel largo y una pequeña pala; y si son más grandes, una pica puntiaguda o usar una ahoyadora manual. Para trabajos que ya suponen la realización de numerosos hoyos y de cierta profundidad hay máquinas con una broca ahoyadora, que incluso se pueden alquilar.

Más resistencia

Si lo que se busca es una mayor durabilidad y resistencia ante las inclemencias meteorológicas, una opción es el uso de soportes galvanizados. Estos elementos metálicos son los que se clavan directamente en la tierra gracias a su punta y posteriormente se encaja el poste de madera, que debe tener el mismo tipo de sección que el soporte. En comercios especializados existen varios modelos, si bien la inmensa mayoría están preparados para sujetar postes de un tamaño no muy excesivo, por ejemplo, para la instalación de una valla o una barandilla de madera.

Cuando lo que se necesita es instalar postes de madera más grandes, máxime si se busca la mayor resistencia posible, la mejor opción es el uso del cemento. En este tipo de instalaciones, una vez hechos los hoyos y nivelado los agujeros, los postes se anclarían con una zapata de hormigón, empleando también puntas de acero para fijarlos. Preparada la mezcla, se vierte sobre en el hoyo hasta unos 5-6 centímetros por debajo del nivel del suelo y se completa con la tierra del terreno. En estos casos, la profundidad del hoyo va a depender de las tensiones laterales que vaya a poder sufrir el poste y de la estabilidad del terreno. Por ejemplo, en el caso de una valla, será más que suficientes en torno a unos 40-45 centímetros. Sin embargo, para postes que van a servir de apoyo y que van a mantener peso, sería recomendable, incluso, doblar dicha profundidad, lo que va a implicar también tenerlo muy en cuenta para la elección de la longitud total de los postes a emplear.

Alternativa al cemento

Ante el engorro de preparar la mezcla del cemento y debido a su prolongado tiempo de fraguado, una opción que empieza a imponerse es el uso de espumas de poliuretano. En el mercado existen compuestos ya preparados en kit, que se mezclan para preparar la solución que posteriormente se vierte en el agujero. En pocos minutos la espuma se expande por completo en el hoyo, quedando secas, en función del producto y las marcas, en torno a las dos horas.